En Diluido confluyen, desde un lado, una narración lineal y descriptiva del adentramiento a la ducha y, desde el otro, un grupo de imágenes no secuenciales que se suceden a través de difusiones –o diluciones– progresivas de opacidad. Esta confluencia, atravesada por un ambiente acuático que altera la escala de los espacios, permite la convergencia de la estructura del pensamiento durante la vigilia con el que sucede durante sueño.
La obra fue realizada a partir del montaje digital de fotografía análoga. Se recopiló material del archivo fotográfico que fue escaneado y montado digitalmente. La composición sonora es igualmente digital.