Colombia, un espacio en donde el cine no ha trascendido mucho pero termina identificando momentos que vive esta sociedad y se convierte en un referente histórico que escribe la historia, un lugar que ha participado con mucha imaginación pero poco apoyo a la evolución audiovisual, que como un organismo viviente ha reclamado su espacio en la transformación de una sociedad que se resiste a deconstruir sus establecimientos, y las ganas conformistas de un estado lleno de convencionalidades ha llevado al estado del arte a ser conforme y alcahueta de la necesidad de normalización y aceptación social que como todo, ha sido manejado por los mismos de las mismas, un sitio que engendra humanos de todas maneras dispuestos a corromper esta normalidad impuesta y hoy en esta muestra son vistos como protagonistas de una historia abierta a la necesidad de que el cine sea parte activa de esta evolución.
Hoy podemos admirar una selección que nos hacer recorrer además de los variados espacios geográficos Colombianos, una gama de colores y sonidos característicos que logra transportarnos a un espacio libre, un espacio que nos permite una nueva interpretación de el lugar cotidiano y maternal muy diferente, y hoy en esta realidad de confinamiento se hace más relevante que nunca, hoy agradecemos tener esta variedad de discursos visuales y narrativos para poder afrontar lo que viene en la historia natural de los humanos y sus estados sensibles donde el arte audiovisual experimental contemporáneo son relevantes.