La nación, como proyecto estético de la modernidad, delimita al mundo dibujando pequeñas líneas imaginarias que tienden a moverse con el paso del tiempo. Exactas y relativas a la vez, estas líneas encierran eso que hemos dado en llamar identidad nacional, algo que finalmente no es más que un síntoma de la existencia de este dibujo. Una identidad que es también exacta y relativa a la vez. Exacta porque encierra una serie de experiencias, situaciones y fenómenos que se pueden observar claramente como “nacionales” y relativa porque la existencia de estos depende de nuestros ojos. Los ojos nacionales no son ojos humanos, se parecen más a los órganos de la visión arácnidos, órganos múltiples y polifacéticos que producen una imagen compleja y a la vez fragmentaria del mundo. Todas y todos tenemos estos ojos, ocultos debajo de nuestra carne, anclados a nuestras ideologías, a nuestras experiencias de vida y, sobre todo, a nuestra conciencia estética. Pero estos ojos pueden permanecer dormidos para siempre a menos que sean activados gracias a la presencia de la máquina audiovisual. La cámara y el montaje tienen el poder de articular las facetas disonantes de la consciencia estética nacional, si se les organiza de manera adecuada.
En esta muestra reunimos 11 de estas miradas. Complejas y polifacéticas todas son producto, en mayor o menor medida, de lo que podemos llamar conciencia estética nacional. Todas exploran formas diferentes de percibir el mundo, de vivir en él y de compartirlo a través del audiovisual. Presentan historias, geografías, políticas y estéticas diversas, que aparentemente no guardan nada en común, pero que a un nivel mucho más profundo de análisis operan como evidencias de la existencia de un dibujo arbitrario sobre el planeta. Estas 11 miradas representan los casi 48 millones de puntos de vista que dan forma a la conciencia estética nacional, tan diferentes las unas de las otras que solamente el montaje de esta muestra y una línea imaginaria las pueden agrupar como un conjunto orgánico.
Programadores:
Julian Medina – Daniel Monje