Uroboro
Dir: Juan Andres Leon Briceño
2016. Colombia. 05:47 Min
RETROSPECTIVA X
Sinopsis
¿Qué hablan los espacios de nosotros mismos?, ¿Cómo influye la relación espacio-temporal con nuestra propia configuración?, ¿Qué medios plásticos y visuales podemos experimentar y apropiar para la producción de la imagen en movimiento?, ¿Qué lenguajes se pueden generar a partir de las relaciones de la Luz con los medios naturales? Son estas algunas preguntas que surgieron al iniciar este proyecto audiovisual y que nos encaminaron a desarrollar lo que ahora llamamos UROBORO.
El término Uroboro expresa la unidad de todas las cosas, materiales y espirituales, que nunca desaparecen sino que cambian de forma en un ciclo eterno de destrucción y nueva creación… por consiguiente el símbolo de Uroboro (serpiente que se devora a si misma) se remite a dos conceptos fundamentales en los que se enmarca la exploración de esta producción audiovisual: la naturaleza cíclica de las cosas y a la idea del eterno retorno.
El planteamiento narrativo en el que se soporta Uroboro, parte de la relación que se encuentra en el accionar cotidiano con respecto al espacio, pensando en la idea de lo cíclico dentro del habitar, pues ocurren actos que consciente o inconscientemente vuelven a acontecer, pero que nunca son exactamente iguales pues el tiempo, el espacio y nosotros mismos nos transformamos devorando el pasado pero creando sobre él.
Un reto en la producción de este proyecto era el trabajar en un sentido fotográfico y cinematográfico con luz natural. Pero este, además de ser un elemento cambiante, se aunaba poéticamente con otros elementos como la neblina constante, que cobijaba las montañas que abrazaban a tal recóndito lugar: una casa abandonada.
La luz, que nos brindaba formas, texturas, tonos y colores, se filtraba en aquella casa cuya estructura contenedora sucumbía ante los ciclos naturales. En su interior, no solamente objetos concretos, sino en las huellas de una historia impresa en ellos, se evidenciaban narraciones e interpretaciones sobre quienes habitaron en ella. Así, todos estos elementos conectados de forma sutil, nos susurraban diferentes ecos y presencias de ciclos del habitar, de los cuales nos apropiamos y jugamos de forma narrativa, simbólica y metafórica.
Este lugar vuelve a surgir por medio de la imagen en movimiento y el sonido, de las interpretaciones y reflexiones hacia la misma materialidad de los objetos, de la intervención de los elementos y medios naturales, de las dinámicas de la luz natural y cómo esta última nos permite ser más estratégicos y creativos en una producción artística. Este espacio retorna, y retornará eternamente mientras la multiplicidad de sus relaciones internas y externas siga existiendo y transfigurándose.