Un hombre que deambula por la selva en busca de su ritual de memoria, tortura e imaginación perversa. Busca la violencia y el recurso grotesco de la verdad y la reflexión, lo irónico e imposible como mitología personal y lo excesivamente sagrado como umbral de cordura.

Un árbol cortado y solitario encarna un pasado y un futuro lleno de sangre, impregnado de psicodelia y muerte. Un árbol es una metáfora de un mundo sin piedad, sin consuelo.

Cabezas que viajan por los distintos mundos probables de la imaginación desbordan la visión en momentos fantásticos y post-apocalípticos.

Los diversos personajes y escenas surgen de visiones y hechos reales, ficticios y violentos. Anécdotas trágicas y escalofriantes como la historia de Marino López, el campesino con cuyo jefe los grupos paramilitares jugaban al fútbol. Un campesino de la región de Cacarica tuvo una vida anónima y ahora ocupa un lugar en la historia de Colombia por el acto de crueldad del que fue víctima. 31 de julio de 2015.